Hoy os traigo una estupidez para viejas o jóvenes cursis de esas que ponen lazos o pintan las uñas a sus perros, como si fuesen algún tipo de muñeca pepona.
Estas son unas ridículas uñas protectoras para que los gatos no destrocen nuestros muebles, o eso dicen...
El inventor de tamaña cursilería asegura que con indoloras, seguras, no tóxicas y que no dificultan el caminar de nuestras mascotas. Los gatos aún no han dicho nada, pero si pudiesen... pondrían a este veterianario a caer de un burro. En defecto de esa posibilidad, lo hago yo.
Mire Ud., Dr. Toby Werler, pongáselas en sus propios pies, bajo unos hermosos calcetines, a poder ser floreados a tono con el color de las uñas elegidas y váyase a tomar viento; y, de paso, hágalo acompañado de los que no quieren que les destrocen los muebles. Si no quieren eso, que no tengan gatos o que les compren rascadores para hacerse las uñas.
Los míos nunca me han estropeado un mueble, salvo el bajo de un canapé donde Gato se hizo un escondrijo, ni me han rasgado las cortinas, o sea que menos estupideces, por favor, y dejen de ridiculizar a los pobres animales que no son muñecos de feria.
