Se dice que los "propietarios" de gatos somos gente muy especial, que somos personas solidarias, sensibles, cultas, muy independientes y poco gregarios. No entiendo lo de la cultura, pero si ellos lo dicen... También dicen que somos personas que acostumbramos a compartir nuestros pan y debido a ello pensamos que donde come un gato, comen dos y donde comen 2 comen 4, 6, y hasta 20 o más.
Pues, 20 me parecen excesivos, pero tres... no digo yo que no.
Pues, 20 me parecen excesivos, pero tres... no digo yo que no.
Efectivamente, los "propietarios" de gatos normalmente no nos conformamos con un solo gato y tras la llegada del primero empezamos a preguntarnos: ¿no será mejor tener dos gatos a la vez para que se hagan compañía y tengan con quien jugar?...
Pero hay dos puntos importantes a tener en cuenta cuando se mete un gato nuevo en casa, y ya se tiene otro. El primero es la sanidad -primero al veterinario- y el segundo, vigilar la adaptación a la convivencia de ambos ejemplares.
A mi me fue perfecto; mi querido y añorado gato negro -Gato- tan solo tardó 48 horas en comenzar a lavar de arriba a abajo al pequeñajo Pepe.
El primer día lo sopló repetidamente, el segundo lo observó con extrañeza y desconfianza, el tercero ya corrían juntos toda la casa bajo la tutela desmedida del gato mayor. De ahí que empezase a llamarle "Gato Papá". Se convirtieron en uña y carne, pero cuando tenga la desgracia de quedarme sin Pepe, no recogeré uno, si no dos. Así no habrá período de adaptación.
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