La esperanza de vida de los gatos domésticos ha aumentado de forma considerable gracias a los avances veterinarios y a la protección que les ofrecemos en nuestros hogares.
A partir de los siete años podemos decir que nuestro ya es senior y a partir de los diez, que es de edad muy avanzada. Aunque existen gatos excepcionalmente longevos que han vivido hasta veinte años, al vivir más años sufren también las dificultades y enfermedades de la vejez.
Un aspecto fundamental para la salud del gato mayor es la nutrición y el control de peso. Proporcionarle alimentos específicos de acuerdo con su edad nos ayudará a controlar que no engorde y hará que esté más sano. Recuerda que los gatos obesos son más propensos a desarrollar diabetes.
La vista y el oído del gato mayor son menos finos que en su juventud y su cuerpo se vuelve menos ágil. Todo esto puede provocar accidentes en sus actividades habituales, por lo que debemos intentar eliminar cualquier elemento peligroso de sus zonas preferidas y facilitarle, mediante cajas de distinto tamaño, el acceso a sus zonas de descanso y juego.
También con la edad, los gatos van perdiendo pelo de forma natural. Cuando ya son muy mayores dejan de lavarse correctamente debido a la obesidad o a que los dolores artríticos que pueden no permitirles llegar a todas las partes de su cuerpo; entonces debemos proceder a cepillarlos varias veces al día y a lavarlo con una toallita húmeda. No olvidéis que los gatos son los animales más limpios del planeta. Nos lo agradecerán.
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