Os presento mi lugar favorito de 10 a 14 horas. Ventanal -para ir vigilando al perro del jardín de abajo-, cojin lleno de pelos y solecito invernal.
Antes he estado en el sofá del fondo ya que como dice la que me cuida y mima, voy girando por el salón según gira el sol.
Por la tarde cuando ya no queda sol por ningún lado, me traslado al sillón del lado del radiador.
Es que soy de un tonto... :-)
El invierno pasado, Don Gato me quitaba los mejores "solariums" o lo compartíamos amontonados, pero ahora son todos para mi. Bueno, algo bueno tenía que tener el quedarme solo aguantando a "la tontita...
Por cierto, hoy me han pegado bronca. Me he hinchado a agua -de Bezoya, por supuesto- y la he vomitado sobre la manta-vaca recién limpia. ¡Jolines como se ha puesto la bruja!... ¿Qué pasa no puede uno vomitar donde más le convenga y más le apetezca?... Es que, como diría Don Gato, estos humanos son tan raros y tienen unas manías...
Mañana, tendré otra limpia y si vomito otra vez... ¡hoy mismo! Je, je.
PEPE
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