Un sistema cómodo, práctico, decorativo y, sobre todo, muy barato.
Modo de empleo:
Se coje al gato -bueno mejor se espera uno a que él decida tumbarse- y una vez ha hallado su más cómoda postura, se le van colocando las tarjetas de visitas clasificadas de la cabeza al rabo, es decir, de la C a la R. El resto se dejan a un lado o se tiran a la basura.
¡Es sensacional!... Lo único malo es cuando el "bichejo" se despierta de golpe y te envía el archivo a freír puñetas, pero como no existe sistema perfecto... esto tampoco resulta demasiado importante.
Y es que cuando Baldomero duerme... ¡ni un seismo de grado 7 le despierta!
1 comentario:
Son una auténtica monería y tan dulces...
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