Estamos acostumbrados a ver a nuestro gato buscando el rincón más soleado para echarse a dormir plácidamente. Siempre pienso "¿tanto le gusta el sol?" cuando veo a Pepe ir cambiándose de sillón en sillón para no perder ni un rayito...
Hoy he leído que los gatos buscan los sitios más soleados, los más calentitos, para echar sus largas siestas porque de esta forma el calor del sol equilibra la pérdida de temperatura corporal de su organismo sufre cuando duermen. No es el sol lo que les atrae, sino el calor. Por eso les vemos enroscarse en la cama, o en el sofá, o en la mullida butaca donde hemos estado sentados. Los lugares calientes y, sobre todo, blandos son los que más les gustan. Además de ser lugares con la temperatura adecuada, deben ser también lugares donde se sientan seguros, donde perciban que ningún peligro les acecha. 
Todos sabemos que los gatos son unos auténticos dormilones, pueden llegar a pasar dormidos hasta el 70% del día. Pepe es una auténtica marmota. Este supera esa media.
Un gato adulto puede dormir de 12 a 15 horas al día, un gatito pequeño se puede pasar hasta 20 horas durmiendo (sobre todo cuando son muy pequeñitos, es decir, hasta las 4 ó 5 semanas de vida), es un comportamiento perfectamente normal. También duermen más los gatos solitarios que los que viven en compañía. Esta última afirmación hace que me pregunte, ¿Pepe dormiría aún más si lo dejase todo un día solo?... ¡Imposible, dormiría lo mismo!
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