Durante sus primeros años, Pepe fue teleadicto. Nos ibamos a la cama, "Gato- papá" se colocaba encima mio y Pepe a los piés frente al televisor. Lo malo era que cuando lo apagábamos, se giraba y comenzaba a gritar como un poseso. ¡El quería seguir viendo tele!
Lo mismo le daba reportajes de pájaros que pretendía cazar, sin saltar al mueble de la tele, que series o telediarios, él se quedaba fijo mirando embelesado.
Aún ahora, 9 años después, se queda muchas veces mirando la pantalla pero ya no tiene la fijación que tenía cuando era un bebe-gato.
Aún ahora, 9 años después, se queda muchas veces mirando la pantalla pero ya no tiene la fijación que tenía cuando era un bebe-gato.
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