Ayer, por fín, Tulito regresó a Barcelona y lo hizo sentadito en el coche, en el asiento del acompañante. Nada de encerrado en su transportin.
No es recomendable llevar a los gatos sueltos en el vehículo, se pueden asustar, puede producirse un frenazo brusco, te puede parar la policía y arrearte un puro de mil pares de narices... pero no pasó nada de eso y, además, Tulito es tan "personita"...
¡Pues nada, bienvenido, y ahora a conformarte con un metro cuadrado de césped, que Pepe no tiene si eso. ¡Enchufado!
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