Un estudio de la revista "Science" asegura que los gatos se domesticaron a sí mismos al encontrar la supervivencia junto a los primeros agricultores en Oriente Próximo hace unos 10.000 años. Al contrario que otros animales, como los caballos, las ovejas o los perros, los gatos no fueron domesticados por el hombre, sino que se domesticaron por su cuenta y por interés.
No me extraña, los que vivimos con gatos sabemos que estos chalados son unos interesados, que no los "domestica" -educa- nadie, que ellos van a su bola o puro interés y que pasan, olímpicamente, de lo que tú puedas querer, decir o pretendas imponer. Trabajo en vano.
El mismo estudio nos aconseja despedirnos siempre de nuestro gato cuando nos vayamos de casa, y observar su cola para saber de qué humor está. Dicen que estos son dos de los principios básicos que no debemos olvidar si aspiramos a tener unas buenas relaciones con nuestro felino. Vale.
Nota: Yo siempre me despido y cuando regreso, lo primero que digo es "ya estoy aquí"; pero, para mi, que Pepe pasa tanto de si me voy como de si vuelvo; mientras no lleve las botas altas, que lo aterrorizan, todo le va bien. Si las llevo, sale zumbando. ¡Que tonto es!
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