Tulito siempre ha sido muy 'ensaladero', pero no de las ensaladas que llaman "hierba especial para gatos", esas son duras y las aborrece. El quiere césped tarragonense y su inquilina, cada 'x' tiempo, arranca -de donde menos se ve- un buen pedazo del jardín de su madre y se lo trae a Barcelona. Ya aquí, le pasa el corta césped manual y ¡a esperar! Pero, ayer, Tulito no pudo resistirse y antes de trasplantarlo y podarlo ya se puso manos a la obra. Los otros dos, Mey y Baldwin esperaron a que estuviese todo en orden.
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