Hace un año tuvo una enfermedad muy grave y la superó, pero el viernes pasado recayó y pese a los esfuerzos que han hecho Doña Tuli y los veterinarios, al final nos ha tenido que dejar.
Ayer por la tarde, sus dueños, -lejos, trabajando en los EE.UU, cuando ya se temía lo peor-, se despidieron de él a través de Skype. La cara de Bebé lo dice todo, la de ellos se puede imaginar y a mi, solo con pensarlo, se me parte el corazón. ¡Jolines que ñoña soy y que malos recuerdos me trae esta situación!
De todas formas, seamos positivos, durante este mes y medio de estancia en el Hotel Tulito, te lo has pasado bomba. Has estado siempre acompañado, mimado y has salido a la calle cuarenta veces al día. Te conocían y te decían cosas en El Corte Inglés, en el Opencor, en la farmacia y hasta en el chino de la esquina; y es que Bebé eras tan buen perro que era imposible que la gente no te mostrase su cariño. Yo misma te he visto tan solo dos veces pero, con solo ver tu mirada tan dulce y bonachona, era imposible no empezar a quererte.
Has hecho amigos en el Turó Parc, has pasado tus buenos ratos tumbado en la hierba, has tenido premios -jamón de pavo, poquito... ya que tenías que cuidarte-, juguetes nuevos y, sobre todo, has recibido mil mimos de Mey y de Doña Tuli. ¡Perro acaparador!...
Ha sido una guarrada el tener que irte ahora, ya lo sabemos, pero no ha sido un mal final, Bebé. Tu querida Tuli, porque mira que te has obsesionado con ella, ha estado contigo hasta el último momento y todos, todos, te vamos a recordar durante muuuuucho tiempo.
Por último, como supongo que ahora estarás con Chinito, con Gato, con Don Gato, con Hugo, con Puck y con el resto de 'bichitos' que nos han dejado antes que tú... dales a todos un buen lametazo y diles que les seguimos recordando.
A ti tampoco te olvidaremos. ¡Prometido! Sobre todo tus dueños que tanto te querían y te quieren, ¡ellos no te olvidarán jamás!
9 comentarios:
Lo siento mucho. Lo que explicas de su despedida a través del ordenador me ha emocionado y hecho llorar como si conociese al pobre perro y a sus dueños de algo. Lo siento de verdad.
¡Como se les llega a querer, cuerno!
Lo lamento mucho. Menudo disgusto. Me ha pasado lo mismo que a Mamen.
Saludos
Gracias por vuestros comentarios. Espero que los que más lo están sintiendo -sus dueños y quien estuvo a su lado hasta el último momento- los puedan leer.
Saludos a ambas.
En Septiembre hará un año que tuve que sacrificar a nuestro perro Elvis. El drama fue monumental, los niños no paraban de llorar y yo tampoco. Ahora tenemos una gata, se llama Dora aunque también atiende por Gatu, pero aún no hemos olvidado a Elvis. Nunca se les olvida. Y cuando le pase algo a Dora, que espero sea dentro de muchos años ya que aún es un cachorro, nos dolerá igual y vendrá otro dramón. Ley de vida.
Muy bonita y sentida despedida. Y, si no he entendido mal, el perrito no era tuyo. Mas a tu favor.
Yo siempre fui de perros, y he perdido y llorado ya por cuatro. Ahora tengo a nuestro labrador Lucas que ya tiene 7 años, es igual a vuestro Bebe y espero me viva muchos años (no quiero volver a llorar aunque se que lo haré); pero desde que tenemos a Cleo en casa, una gatita común de 10 meses, estoy doblemente feliz. Se adoran, se respetan y nos ofrecen escenas inolvidables cada día. He visto que uno de los gatos hacía lo mismo con el vuestro. Son una delicia, para que luego digan que perros y gatos no se llevan bien.
Los ingleses tienen un dicho: "Los perros tienen amo, los gatos tienen personal". Eso lo he entendido desde que tengo a Cleo.
Bonito blog. Felicidades.
¡Qué penita! Un beso a todos los que o vayan a echar de menos. Y qué palo para Doña Tuli. Un beso
Con esta despedida he revivido el día que tuvimos que sacrificar a Laika, nuestra perra pastor alemán. Pasé la peor semana de mi vida. No he tenido valor para volver a tener otr@, ha pasado más de un año y aún recuerdo todo lo que hacíamos juntas.
Hermosa despedida, me has hecho recordar momentos dolorosos, cuando también tuve que sacrificar a mi perro "Fiero", que era todo lo contrario que eso. Me casé, se vino conmigo y creció con los primeros de mis dos hijos. El tercero no lo llegó a conocer. Ahora tenemos una gata Miula que no se despega de los niños.
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