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sábado, 24 de diciembre de 2011

GATOS TRASTOS

Tenía esta foto guardada para escribir sobre el cachondeo que se llevan los gatos con nosotros, los tontos de sus "inquilinos".
Pese a la "sonrisa" socarrona de Don Trasto Ninja, antes de ayer se pegó un buen susto que supongo no le hizo reírse demasiado cuando estaba en la mesa del veterinario, al menos a su dueño no le hizo reír nada.

"El Trasto", ya que así voy a denominar al artista de este blog, una vez desaparecido mi querido Don Gato, tuvo la flamante idea de estirar de un hilo, ir tragándoselo hasta que engulló también la aguja. Menos mal que el que paga el alquiler de la Casa de Ninja lo vió y lo llevó zumbando al veterinario.
Resumen de la historia: susto morroconuto, gato intervenido de urgencias y 750€ que volaron al bolsillo de la clínica veterinaria.

Y es que con los gatos tienes que tener cuarenta ojos. No con Pepe que es tan bueno y tan tranquilo que no sabe ni lo que significa hacer una gamberrada felina, pero Don Gato me hizo tantas y tan variadas que aprendí a no dejar nada "peligroso" a su alcance. ¡Ni una bolsa de plástico o papel! Ya que una vez estuvo a punto de ahogarse por meter la cabeza por donde no debía y me costó cuarenta arañazos y cuarenta mordiscos en la mano mientras intentaba sacar, al acojonado Don Gato, de ella; cosa que lógicamente conseguí.

Con los gatos "trastos" cuarenta ojos son pocos... Los que disfrutamos de sus trastadas sabemos que se ríen de nosotros, que nos toman por el pito del sereno y que, muchas veces, nos pegan unos sustos de narices... pero son la sal y la pimienta de la casa.
A veces desearía hasta que "Pepe" no fuese tan bueno... Don Gato me malacostumbró.

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