
“El gato es la gran mascota desconocida”, explica Santiago García Caraballo, veterinario y autor del libro 'Gatos felices, dueños felices' (Ateles).
“Este animal, a simple vista, puede parecer mucho más arisco que el perro; lo que ha producido que haya sido mucho menos aceptado socialmente a lo largo de la historia, pero cuando se le conoce y se comprende su carácter independiente, es el compañero perfecto”.
El especialista también afirma que estos animales se convertirán en la mascota del futuro por varias razones: “Se adaptan mejor a las circunstancias modernas, a nuestras casas cada vez más pequeñas y a la falta de tiempo del ser humano para poder salir a pasear con la mascota. Los gatos, sin duda, son mucho más urbanitas, independientes y solitarios, no necesitan de grandes espacios", afirma.

Otro estudio publicado por la Universidad British Columbia, en Vancouver (Canadá), afirma que las personas que prefieren a los felinos son personas mucho más independientes, que suelen disfrutar más de su soledad, y entre ellas destaca la figura femenina. En dos palabras que las mujeres somos más amantes de los felinos que los hombres.
Desde siempre los gatos se han relacionado con la típica mujer solterona. ¿O acaso no habéis escuchado alguna vez aquello de “la vieja -o solterona- de los gatos” dicho de forma despectiva?...
Un personaje icónico de la serie Los Simpson, Eleanor Abernathy (más conocida como “la loca de los gatos”), ejemplifica a la perfección esta situación: el personaje encarna a una abogada de éxito que se vuelve demente y se retira en soledad a un entorno felino.
Pero esa imagen ha ido cambiando lentamente y ahora este animal de compañía está asociado mucho más a la figura de la mujer independiente del siglo XXI. “En porcentaje, la mayoría de los dueños de gatos son chicas jóvenes o de mediana edad que viven solas y disfrutan de su libertad”, explica el veterinario García Caraballo.

Como remate a la 'gatoadicción', el veterinario francés Jean Yves Gauchet en su estudio denominado “terapia del ronroneo” expone que las vibraciones sonoras que emiten los felinos tienen un efecto certero sobre el estrés, el insomnio o la ansiedad; algo muy parecido a lo que sucede cuando escuchamos música. Cuando la amígdala hipocampo del celebro es estimulada por el ronroneo de un felino, ésta produce serotonina –un neurotransmisor del sistema nervioso vinculado a la inhibición de sentimientos relacionados con la ira, la agresión, el humor o el sueño–, lo que ayuda a calmar el cuerpo.
Ante todas estas ventajas, y dando lo mismo que esté de moda o no, ¿cómo no vamos a tener un gato, o dos, en casa?...
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