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sábado, 22 de diciembre de 2012

ESCONDITES FELINOS

Esta foto me ha hecho recordar a Don Gato, mi querido y añorado "negrito" y uno de sus primeros escondrijos.
 
 
Debía tener unos cuatro o cinco meses y, ese día, me volví loca buscándolo por toda la casa, le llamaba, hacía soñar sus juguetes y él más mudo que una estatua. Abrí cien veces puertas y armarios y, finalmente, entré en el office y allí en la parte baja de los botelleros, en medio de un Marqués de Murrieta y un Marqués de Cáceres, estaba tumbado y bien aposentado -cual botella- el "Marqués de la casa".
 
 

 


Después de eso, y con los años, le fui descubriendo encondites a cual de ellos más raro. El último dentro del canapé, al que había hecho un agujero para entrar y salir. Ese día pensé hasta que se había caído desde la terraza, como acabábamos de mudarnos... Cuando salió, un poco más y lo estrangulo. Menudo susto me pegó.
¡Que trasto era, Dios mio! (El de aquí con cara de susto). -------->

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