Estos días en Barcelona hace un calor asfixiante con una humedad insoportable. Y si los 'humanos' estamos para el arrastre y a las 4 de la mañana estamos escribiendo chorradas... imaginaros como están nuestros bichos. ¡Día y noche son auténticos felpudos!
Únicamente Tulito está con el ojo abierto. ¡Lógico! Tiene que mantener a la tropa bajo control jerárquico, que para algo es el dueño absoluto de la casa y las alturas -el sofá grande con vistas- son suyas.
Mey también está más alerta y desde sus aposentos del fondo -que solo abandona un par de veces al día- aparece por el salón para pegar la bronca a todos, amenazar con su conocido "me voy" y luego salir a la terracita para vigilar a los otros 'bichos' de la calle. Tras esos 10 minutos de exhaustivo ejercicio vuelve a 'arrepanchingarse' -durante horas- en su sofá del fondo a la derecha.
El resto...
A ciertas manzanas de distancia -unas cuantas aunque tampoco tantas- pero sobre todo lejos del mundanal ruido del hotel, Pepe hace lo propio: dormir feliz y contento bajo el ventilador de techo de la habitación. A él no le molesta nadie, ni siquiera yo. ¡Menudo 'perlita' está hecho!... Además, meto un perro y tres gatos más en casa y este gran 'valiente' salta por la ventana.
¡Bichejo raro que es él!...
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