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lunes, 20 de enero de 2014

DOTES FELINAS

Nuestros queridos felinos poseen algunas dotes o capacidades mayores que las nuestras. Por ejemplo, su sensibilidad es altísima y esto les sirve, en muchas ocasiones, para detectar horas antes de que ocurra un terremoto, erupciones y fuertes tormentas. ¿No notáis que se ponen nerviosos mucho antes de oír el primer trueno?...
Seguramente son capaces de detectar las vibraciones de la tierra y en estas ocasiones, su estado de nerviosismo les ha llevado incluso a llevarse lejos a sus crías de los edificios.

También se han dado casos en que son capaces de volver a casa aunque se hayan extraviado en puntos alejados, como en vacaciones. En distancias cortas se basan en su buena memoria visual y en la detección de olores. Pero en distancias más largas se basan en su capacidad para detectar cambios electromagnéticos (se sabe esto porque si se le coloca un imán no saben reconocer el camino de vuelta a casa).

Otro punto en el que nos supera es en la visión. Nuestro gato como animal cazador -los caseros cazan en el plato, ya lo sabemos- y de actividad nocturna, tiene la vista preparada para distinguir el movimiento, las distancias cortas y algunos colores, aunque no todos. 
En la luz crepuscular la visión prefecta de los colores no es necesaria pero sí les que es muy útil poder medir la distancia que ha de saltar para abalanzarse sobre sus presas.

El gato ve mejor que nosotros en la oscuridad gracias a una capa especial de células, el “tapetum lucidum” que tiene en el fondo del ojo. Gracias a ella puede utilizar la poca luz que entra en sus ojos y reflejarla. Por eso brillan sus ojos en la oscuridad.
Si durante el día hay demasiada luz, el gato regula la entrada de luz en sus ojos de dos maneras: Cerrando los párpados y además, con su característica y diferencial pupila que se cierra lateralmente formando una abertura vertical. Esta particularidad del gato es la demostración de que su visión está perfectamente adaptada para la caza nocturna.

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