Hace un par de meses, en Viena, se inauguró el primer café para gatos, donde los "señores mininos" van con sus dueños, y mientras estos se toman un café o unos pinchitos, ellos juegan, duermen, cambian impresiones con otros "mininos", pasean a sus anchas por las dependencias o trepan a los estantes y cajas colgadas de las paredes.
Este tipo de café es totalmente nuevo en Europa pero no en Japón donde existen, desde hace bastantes años, establecimientos donde el punto de atención son los gatos que andan libremente por el local y son obsequiados con juegos y manjares felinos.
La artífice de esta idea no podría ser otra que una persona de origen japonés, Takako Ischimitsu, aunque contó con la ayuda de su esposo Alexander Thuer, un austríaco también enamorado de los gatos.
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