Desde el pasado sábado, todos -sus dueños más- estábamos preocupados por Mey. La muy tonta, desapareció el viernes y hasta ayer noche no lograron dar con ella. Estuvo casi una semana deambulando por las calles. Será boba... ¡Menos mal que, al final, dieron con ella!!
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Parece mentira que, a sus años, se fuese a recorrer mundo... Ya no es una niña-gata, con lo obsesionada que está con su amito y lo cuidada que está por todos, no lo entiendo...
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Eso es lo que más que apenaba, que mayor andase perdida por las calles, sin comida y sin protección. A un gato pequeño siempre hay alguien que lo recoge a uno mayor...
Bueno, bien está lo que bien acaba. ¡Mey ha vuelto a casa y espero que su experiencia haya sido lo suficientemente poco buena para que no la vuelva a repetir!
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