Este perro es un cielo. Tranquilo, cariñoso, agradecido... Cariñoso y agradecido como casi todos los perros; tranquilo, como pocos.
Menos mal que en el balneario solo tiene tres, de lo contario no ganaría para forzar la mandíbula o para dar viajes. Es su forma de agradecer la visita: enseñándole y dejándole participar de todos sus 'tesoros'.
Lo mismo ha hecho esta mañana tras comer su pienso mezclado con pollo al horno. Le ha gustado tanto lo que le ha hecho Doña Tuli que ha ido a llevarle su juguete preferido -el que ella le ha comprado, no los otros- y se lo ha dejado para que jugase un rato.
¡Que listos son estos animalejos!
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