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miércoles, 11 de septiembre de 2013

HORROR A UN TRASLADO

Los que tenemos gatos y hemos sufrido alguna de esas terroríficas mudanzas sabemos que eso puede suponer un estrés para nuestro gato.
 
Los gatos son animales sumamente territoriales y los desplazamientos y los cambios no les gustan en lo más mínimo. Eso lo sabemos bien, como sabemos que una visita al veterinario puede suponer un drama para él y para nosotros mismos.
 
Don Gato, alias 'Gato Papá' sufrió dos mudanzas, Pepe solo conoce esta casa y no se como puede llegar a reaccionar. Supongo que muy mal. Para Don Gato la primera fue horrorosa, la segunda la aceptó mucho mejor y se adaptó inmediatamente.
 
En ambas él fue el último en salir junto con su mantita, arenero, bandeja de comida y juguetes. En ambas ni se me ocurrió lavar las fundas o colcha de la cama para que al llegar al nuevo destino todo oliese a gato, a él mismo; pero el trauma de llegar a la nueva casa, la nueva disposición de los muebles y la ubicación de sus cosas, se produjo y lo descolocó durante dos o tres horas en las que no paró en escudriñarlo todo con la cola baja y las patas encogidas. Cuando se sintió agotado, se tumbó en la cama y se relajó, aunque la mirada de alerta la mantuvo todo el día.
 
No todos los gatos son como el mío negro, Tulito está acostumbrado a viajar y se adapta a cualquier casa de inmediato, Berto también. Don Gato, no. Pepe, tal como es, ojala no lo tenga que vivir nunca. ¡Menudo dramón!

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