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lunes, 15 de julio de 2013

ACICALAMIENTO FELINO

Los gatos dedican mucho tiempo a su aseo, alrededor de un 10% del tiempo que están despiertos, gracias a ello se han ganado la fama de los animales más limpios del planeta. Los que disfrutamos de su compañía podemos verles lamiéndose todo el cuerpo y limpiándose la cara con la ayuda de sus patitas.
Pese a que ellos solitos cuidan de su acicalamiento nosotros también podemos echarles una mano con un buen cepillado que podemos convertir en una especie de juego.
 

En primer lugar, dicen que el cepillado refuerza los lazos afectivos entre el gato y su inquilino (nosotros) y podemos aprovechar ese momento para revisar su piel: si tiene parásitos o lesiones locales y comprobar también ojos, dientes y uñas, así como la suciedad en la cara interna de las orejas.
El veterinario puede recomendarnos productos específicos para limpiar tanto ojos como orejas, si no disponemos de ellos en un momento determinado, podemos utilizar gasitas húmedas.
 
Con el cepillado reduciremos la cantidad de pelo 'volando' por la casa, evitaremos que nuestro gato tenga un exceso de pelo muerto y al acicalarse, lo trague y termine formando bolas en su estómago que podrían  producirle vómitos e incluso atascar su intestino.

Las necesidades de cepillado de cada gato variarán en función de la longitud de su pelo. Un gato de pelo corto tendrá suficiente con una vez por semana, para los de pelo más largo puede llegar a ser preciso el cepillado diario.
 
Entre nosotros, a mi gato Pepe, que tiene el pelo corto, no le gusta que le cepille. Desde que murió Gato-Papá odia que le peine y a duras penas logro pasarle cuatro veces el cepillo por el lomo. Barriga y patas ¡imposible! Antes se 'pegaban' para ver quién era el primero. Desde que está solo, el mes que viene hará ya dos años... ¡Pepe se ha vuelto un auténtico marranete!

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