Esto no es nuevo ni tampoco interesante pero con el calor actual, hoy no se me ocurre nada mejor y he pensado que basta con mirar como duerme nuestro gato para saber la temperatura ambiente que estamos soportando.
Estos días de calor extremo, en Barcelona, son insoportables -temperaturas de 33 grados con el 80% de humedad-, y el pobre Pepe se pasa el día lo más estirado que puede y en los sitios más frescos que halla. De tanto estirar las patas es capaz de descoyuntarse y todo.
Ahora está aquí en el salón, en mitad de la corriente, pero en dos horas desaparecerá y se instalará en la habitación del fondo hasta que el día caiga. Ya sabe él ya, como en esa habitación nunca da el sol...
Ahora está aquí en el salón, en mitad de la corriente, pero en dos horas desaparecerá y se instalará en la habitación del fondo hasta que el día caiga. Ya sabe él ya, como en esa habitación nunca da el sol...
¡Por Dios, que ganas tengo de que vuelva el invierno!
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