Hoy, hace un año, pasé uno de los peores días de mis últimos años. Esa noche dormí dos horas, y a estas ya tenía la decisión tomada. A las 6 de la tarde, Pepe y yo nos quedamos sin "Gato Papá" (Don Gato).
Han pasado 365 días y pocos en los que no me haya acordado de él. Era un petardo, un trasto y un pesado, pero también era todo cariño y alegría. Allá a donde iba yo, iba él; al lavadero, a ducharme, a fregar platos, a guisar, en el ordenador, viendo la tele... él siempre pegadito a mi.
Dice Tuli que no hay dos gatos iguales y a mi me tocaron dos totalmente opuestos.
Mil achuchones grandes, "Gato papá"; no sé si Pepe se acuerda de ti, yo desde luego me acuerdo muy a menudo y te echo muchísimo en falta, a tí a tus trastadas.
Ha pasado un año y no te olvido; creo que no te olvidaré nunca, como nunca he olvidado a mi querido setter laberal "Pukito", y de eso han pasado 18 años.
Ha pasado un año y no te olvido; creo que no te olvidaré nunca, como nunca he olvidado a mi querido setter laberal "Pukito", y de eso han pasado 18 años.
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